Calamares a la romana

Ya sea como aperitivo, como merienda en un rico bocadillo o como primer plato de una comida o cena ligera, acompañados de una estupenda ensalada, los calamares a la romana tendrán el éxito que se merecen. Además al no ser un alimento típico de temporada, se puede disfrutar de este molusco y de sus maravillosas propiedades en cualquier época del año.

Alimento que encanta tanto a niños como a mayores por su rico sabor y por las numerosas posibilidades que ofrece a la hora de prepararlos, hoy vamos a aprender cómo hacerlos a la romana. Y es que comer una vez a la semana calamares aporta beneficios extras a nuestra salud por su contenido en potasio e hierro, minerales esenciales para que nuestro cuerpo tenga energía, y en otros minerales como magnesio, zinc, manganeso, yodo y fósforo, por lo que además vamos a mejorar la memoria, frenar el envejecimiento de las células, dormir mejor y maximizar nuestras defensas.

Además los calamares cuentan con tan solo 90 calorías por cada 100 gramos, por lo que es ideal para las dietas. Su concentración en grasa y en hidratos de carbono es bastante baja mientras que las proteínas son altas. Por eso recuerda que puedes comerlo si deseas bajar de peso, aunque eso sí, no preparados de esta manera, puesto que el rebozado le va a aportar bastantes calorías más. Aunque si no tienes problemas de peso, éste es tu plato. ¡Apunta!

Calamares a la romana

Ingredientes para 4 personas

  • ½ kilo de calamares
  • 1 limón
  • 2 dientes de ajo
  • ½ litro de aceite de oliva
  • Harina
  • Pan rallado
  • Aceite de oliva
  • Sal

Elaboración

Lo primero que hay que hacer es limpiar perfectamente los calamares, retirando su piel para después cortarlos en aros. A continuación mete el resultado en un bol con un ajo bien picado y mezcla ambos ingredientes bien. Mete el recipiente en el frigorífico durante una hora para que maceren los calamares con el ajo.

Cuando haya transcurrido el tiempo indicado, saca los calamares, quita el ajo y echa un poco de sal. En un plato mezcla pan rallado con un poco de harina y reboza con esta mezcla los calamares.

Pon abundante aceite a calentar en una sartén a fuego medio y fríe los calamares bien rebozados hasta que tengan un color dorado. Retíralos y colócalos sobre papel de cocina para eliminar el aceite que sobra. Corta el limón en varios trozos y sírvelo junto con los calamares.

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