Aunque los calzones rotos son una receta típica de Chile, parece ser ha sido heredada de los húngaros. Este plato semi-dulce consistente en una masa frita y con un toque ligero de limón, es ideal para acompañar las tardes frías de invierno, de hecho es lo que normalmente la gente elige tomar al llegar a casa cuando se tienen ganas de tomar algo bien rico que caliente el cuerpo y de energía.
La preparación de esta receta es relativamente sencilla, tan solo tendrás que tener cuidado a la hora de conseguir la consistencia perfecta de la masa, para que puedas dar fácilmente la forma a este dulce que tanto gusta a los niños como a los adultos.
Si vas a recibir invitados en tu casa o simplemente estás esperando que lleguen los pequeños del colegio, no dudes en preparar esta rica y sencilla receta, perfecta para tomar a la hora de la merienda.
Ingredientes
- 3 tazas de harina
- 1 cuchara de polvos para hornear
- 3/4 taza de azúcar en polvo
- 2 cucharas de margarina
- 1 huevo
- 2 yemas de huevo
- la ralladura de 1 limón
- 1/2 taza de agua
- aceite
- azúcar glass para espolvorear
Preparación
Comenzaremos tamizando la harina junto con la ralladura del limón, el azúcar y el polvo de hornear. Se coloca todo en una fuente honda y se añade el huevo, las yemas una a una y la mantequilla ablandada, para trabajar sobre todos estos ingredientes hasta conseguir una masa bien homogénea. Si fuese necesario se pueden añadir unas cucharadas de agua para suavizar la mezcla y poder amasarla mejor.
Es importante no omitir la ralladura de limón, ya que es la que da ese toque especial al dulce. Se puede sustituir por ralladura de naranja.
Sobre una superficie limpia y enharinada se estira la masa conseguida y con la ayuda de un corta pasta o de un cuchillo, se van cortando triángulos de aproximadamente 10 centímetros por 3 centímetros. A continuación se hace un corte vertical de tres centímetros también y se pasa uno de los extremos de la pasta por este agujero.
En una sartén con aceite bien caliente se fríen los calzones, con la precaución de bajar el fuego a medio cuando se introduzcan en la sartén para que no se queme el aceite y le de un sabor y un color un tanto extraño al dulce.
Se escurren perfectamente al sacarlos y se colocan sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Se espolvorean con azúcar glass y se sirven. ¡Buena merienda!