Conejo al ajillo

Hay ocasiones en las que nos vamos a encontrar con recetas de carne, como en este caso, en la que con unos mínimos ingredientes y muy poco tiempo de preparación, vamos a conseguir un plato con un sabor inolvidable. Hoy vamos a preparar una receta en la que el sabor del ajo se encuentra muy presente aunque de una forma elegante, ya que no resulta para nada excesivo. Y es que aunque os guste o no el ajo, seguro que vais a incorporar a vuestra lista de platos preferidos, el conejo al ajillo.

Además debes saber que el conejo es carne blanca con muy poca grasa, por lo que resulta ideal para quienes llevan una dieta baja en calorías. Por otra parte sobresale por su aporte en fósforo, potasio y calcio. Ten en cuenta cuando vayas a comprar este tipo de carne, por otro lado bastante económica, que debe tener un color rosado y que sus patas sean flexibles, ya que son características que indican que está en buenas condiciones y es un ejemplar tierno.

Para preparar esta receta pide al carnicero que te lo trocee para freírlo y guisarlo, y aunque lo compres ya envasado, no te preocupes y acércate hasta la sección de carnicería para que te lo preparen. Otra cosa a tener en cuenta que al ser una carne que no tiene demasiada grasa, puede resultar algo seca, por lo que es recomendable prepararla con alguna salsa que le aporte jugosidad, como la que hoy vamos a elaborar. ¡Apunta!

Conejo al ajillo

Ingredientes

  • 1,5 kg. de conejo troceado
  • 1 cabeza de ajos
  • 200 ml de vino blanco
  • 150 ml de aceite de oliva virgen extra
  • Tomillo fresco (opcional)
  • Sal y pimienta negra recién molida

Preparación

Se comienza aderezando con sal y pimiento el conejo y se deja reposar hasta el momento de cocinarlo. Mientras tanto se pelan los dientes de ajo y para ello se van a estallar ligeramente presionando con un cuchillo sobre ellos. Se reservan.

En una cazuela grande y plana se echa un chorro de aceite y se calienta a fuego medio para añadir los ajos y que se vayan cocinando a fuego lento, para que se tuesten poco a poco y suelten su sabor en el aceite, pero sin que se lleguen a quemar. Pasados cinco minutos aproximadamente, se pueden quitar y reservar.

En el momento de comprar los ajos deben escogerse los que estén secos exteriormente y tengan las cabezas firmes y sin brotes verdes.

Se vuelve a subir el fuego y se fríe el conejo vuelta y vuelta hasta que estén bien dorados todos los trozos. A continuación se echa el vino y se deja cocer hasta que se evapore el alcohol. Después de cinco minutos, comprobarás que se ha formado entre el aceite, los jugos de la carne y el vino, una rica salsa, momento en el que debes incorporar los dientes de ajo de nuevo y si lo deseas, añadir un poco de tomillo fresco.

Se tapa y se cocina durante veinte minutos a fuego medio, tiempo en el que la salsa se va a ir espesando y adquirirá una textura cremosa. Cuando esté listo puedes acompañar la carne con unas patatas como guarnición, un poco de arroz blanco o una ensalada mixta.

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